Una marcha pasiva, entre plumas, guantes y pelucas, los travestis marcaban el paso firme que los caracterizaba sin vergüenza alguna de ocultar su identidad y dar a conocer su vida que tras un vestido ceñido al cuerpo, marcaba las curvas de su caracterizado sexo.
Tras largas calles transitadas del Malecón, tres homosexuales cruzaban las calles perdidos en la vía, y diciéndoles adiós a los carros que le tocaban bocina por el femenino paso que éstos tenían. A las cinco de la tarde, Jesús Ramón, conocido como "Salomé", José Antonio Beato "Rebeca" y Nelson Cáceres como "Rubí", perdidos en dicho lugar se disponían a iniciar el recorrido de la marcha hacia la Zona Colonial. "No le tenemos miedo a nada", exclamaba Beato, mientras caminaba hacia la avenida. Máximo Gómez.
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