Una foto, una frase y De Paseo por la Historia. Mis apuntes personales y una extensión de Cevicos.com, el primer portal de noticias online del municipio de Cevicos
jueves, 12 de mayo de 2011
Ángel del Orbe: el remolachero
Leí este artículo y quise reproducirlo en este espacio. El remolachero ha sido, si no el más importante, uno de los principales exponentes del movimiento web 2.0 del país a través de los blogs. Cómplice de los "fockiuses", como él mismo los ha bautizado.
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“¿Me vas a entrevistar? Mi historia es aburrida”, es lo primero que dice Ángel del Orbe al iniciar nuestra conversación. Ha practicado más de tres religiones, estudió Mercadeo y Psicología. Pasó de amante del hip hop a fiel seguidor de la bachata, y ese interés por la música de su país natal lo llevó a crear Remolacha.net, una de las páginas web más famosas en República Dominicana, con 2.2 millones de visitas al mes. Con todas esas experiencias, es improbable que su vida sea poco interesante.
“Mis amigos me dicen Ángel, y los que me conocen por la página, Remo”, cuenta del Orbe, quien emigró a los ocho años a la ciudad de Nueva York junto a su familia. “Llegamos en pleno invierno... extrañaba el calorcito, a mis amigos de Villa Mella”, revela. Con el pasar del tiempo también le hizo falta el patio donde jugaba y los platos típicos de República Dominicana. “En esa época no tenía acceso a muchas cosas que me gustaban”, explica. Pasaba los días en su casa, tiempo que aprovechó para leer. “Todo lo que podía ‘agarrar’ lo leía, ahí empezó mi amor por la filosofía y la religión católica, sólo faltaba que decidiera hacerme monaguillo”.
A los 14 años experimentó con otras religiones. Leyó parte del Corán, visitó mezquitas, asistió a templos hindúes… Luego vino el interés por la tecnología. “Iba a casa de un vecino que me dejaba ver lo que hacía en su computadora. Me fascinaba lo que la gente creaba dentro de ella. Cuando supe que podía enviar mensajes me entró la locura”, agrega. Pero en ese tiempo su familia no tenía los recursos para comprarle una computadora y decidió refugiarse en la cultura del hip hop. “Hacía graffitis en las calles. Ponía ‘Remo estaba aquí’”, dice.
Así fue hasta que un día su padre, preocupado, se plantó frente a él con un bulto lleno de cassettes de bachata y merengue típico. “Me gustó lo que escuché, me dediqué a comprar ese tipo de música y me olvidé totalmente del hip hop. Era como tratar de recuperar lo que había perdido”, nos cuenta.
Ya cuando entró a la universidad se sentía como un “dominicano full”. Empezó a interesarse nuevamente por la informática y a analizar las tendencias del marketing. También hacía trabajo social, pero después de la caída de las Torres Gemelas se quedó en blanco… “Me dio una depresión muy grande. No tenía una carrera definida y la economía estaba muy mal”, explica. Con tanto tiempo libre comenzó a estudiar lenguajes de programación, pronto creó una página web estática donde anunciaba las fiestas de merengue y bachata, y cualquier otro tema relacionado con esos géneros musicales. Esa era su terapia.
La gente empezó a escribirle y así fue creando un perfil de lo que querían los usuarios de su website. “Me di cuenta de que eran jóvenes y que les interesaba saber lo que pasaba en República Dominicana. Poco a poco comencé a agregar notas de deporte y farándula, recopilando las noticias de los principales periódicos, que enlazaba desde mi página. Lo único es que ponía el titular a mi manera”, cuenta. En ese tiempo, el portal era sólo un hobby. “Nunca lo pensé como trabajo. Aún me molesta la palabra”, asegura. Pero su esposa (quien en ese momento era su novia) le hizo ver que invertía demasiado tiempo en algo que no le generaba recursos y decidió cerrar la página.
El día que tomó esa decisión recibió cientos de llamadas y correos de sus seguidores. “Hasta me llamó el manager de Aventura, me quedé sin palabras”. Al ver esa reacción, la reabrió al poco tiempo y empezó a colocar anuncios publicitarios. “No sé de negocios, no me gusta, pero era algo necesario”, argumenta. En este sentido, Remo sólo tiene una regla: no recibe dinero por publicar los artículos.
¿Cómo decides lo que vas a colocar?, preguntamos. “Ya tengo una idea de lo que a ustedes les gusta. Parte de mi filosofía es publicar temas sociales, trato de unirme a lo que siente y piensa el pueblo. No soy periodista, pero trato de respetar la ética. Una de mis ventajas es que soy dueño de mis palabras, no hay interés”.
Hoy, Remolacha.net es un poderoso medio con un amplio número de lectores. En República Dominicana ocupa la tercera posición en visitas; sólo dos de los principales diarios nacionales les llevan la delantera. “El director de un periódico un día me dijo que por Remolacha es que ahora más gente joven está leyendo las noticias”, relata.
A pesar del éxito de la página y de que la gran mayoría de los lectores ahora son de República Dominicana, Remo ha decidido quedarse en Estados Unidos. “Me fascina mi país, me gustaría vivir allá, pero las razones que tendría para regresar son mis familiares y ellos me visitan aquí (Nueva York). Ya mis hijos empiezan la escuela, y el negocio lo puedo tener donde quiera, lo único que necesito es conexión a Internet”.
Ángel del Orbe trabaja desde su hogar, en Long Island, una casa con un patio como el que tanto extrañaba cuando se marchó de su natal República Dominicana a Corona, Queens.
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“¿Me vas a entrevistar? Mi historia es aburrida”, es lo primero que dice Ángel del Orbe al iniciar nuestra conversación. Ha practicado más de tres religiones, estudió Mercadeo y Psicología. Pasó de amante del hip hop a fiel seguidor de la bachata, y ese interés por la música de su país natal lo llevó a crear Remolacha.net, una de las páginas web más famosas en República Dominicana, con 2.2 millones de visitas al mes. Con todas esas experiencias, es improbable que su vida sea poco interesante.
“Mis amigos me dicen Ángel, y los que me conocen por la página, Remo”, cuenta del Orbe, quien emigró a los ocho años a la ciudad de Nueva York junto a su familia. “Llegamos en pleno invierno... extrañaba el calorcito, a mis amigos de Villa Mella”, revela. Con el pasar del tiempo también le hizo falta el patio donde jugaba y los platos típicos de República Dominicana. “En esa época no tenía acceso a muchas cosas que me gustaban”, explica. Pasaba los días en su casa, tiempo que aprovechó para leer. “Todo lo que podía ‘agarrar’ lo leía, ahí empezó mi amor por la filosofía y la religión católica, sólo faltaba que decidiera hacerme monaguillo”.
A los 14 años experimentó con otras religiones. Leyó parte del Corán, visitó mezquitas, asistió a templos hindúes… Luego vino el interés por la tecnología. “Iba a casa de un vecino que me dejaba ver lo que hacía en su computadora. Me fascinaba lo que la gente creaba dentro de ella. Cuando supe que podía enviar mensajes me entró la locura”, agrega. Pero en ese tiempo su familia no tenía los recursos para comprarle una computadora y decidió refugiarse en la cultura del hip hop. “Hacía graffitis en las calles. Ponía ‘Remo estaba aquí’”, dice.
Así fue hasta que un día su padre, preocupado, se plantó frente a él con un bulto lleno de cassettes de bachata y merengue típico. “Me gustó lo que escuché, me dediqué a comprar ese tipo de música y me olvidé totalmente del hip hop. Era como tratar de recuperar lo que había perdido”, nos cuenta.
Ya cuando entró a la universidad se sentía como un “dominicano full”. Empezó a interesarse nuevamente por la informática y a analizar las tendencias del marketing. También hacía trabajo social, pero después de la caída de las Torres Gemelas se quedó en blanco… “Me dio una depresión muy grande. No tenía una carrera definida y la economía estaba muy mal”, explica. Con tanto tiempo libre comenzó a estudiar lenguajes de programación, pronto creó una página web estática donde anunciaba las fiestas de merengue y bachata, y cualquier otro tema relacionado con esos géneros musicales. Esa era su terapia.
La gente empezó a escribirle y así fue creando un perfil de lo que querían los usuarios de su website. “Me di cuenta de que eran jóvenes y que les interesaba saber lo que pasaba en República Dominicana. Poco a poco comencé a agregar notas de deporte y farándula, recopilando las noticias de los principales periódicos, que enlazaba desde mi página. Lo único es que ponía el titular a mi manera”, cuenta. En ese tiempo, el portal era sólo un hobby. “Nunca lo pensé como trabajo. Aún me molesta la palabra”, asegura. Pero su esposa (quien en ese momento era su novia) le hizo ver que invertía demasiado tiempo en algo que no le generaba recursos y decidió cerrar la página.
El día que tomó esa decisión recibió cientos de llamadas y correos de sus seguidores. “Hasta me llamó el manager de Aventura, me quedé sin palabras”. Al ver esa reacción, la reabrió al poco tiempo y empezó a colocar anuncios publicitarios. “No sé de negocios, no me gusta, pero era algo necesario”, argumenta. En este sentido, Remo sólo tiene una regla: no recibe dinero por publicar los artículos.
¿Cómo decides lo que vas a colocar?, preguntamos. “Ya tengo una idea de lo que a ustedes les gusta. Parte de mi filosofía es publicar temas sociales, trato de unirme a lo que siente y piensa el pueblo. No soy periodista, pero trato de respetar la ética. Una de mis ventajas es que soy dueño de mis palabras, no hay interés”.
Hoy, Remolacha.net es un poderoso medio con un amplio número de lectores. En República Dominicana ocupa la tercera posición en visitas; sólo dos de los principales diarios nacionales les llevan la delantera. “El director de un periódico un día me dijo que por Remolacha es que ahora más gente joven está leyendo las noticias”, relata.
A pesar del éxito de la página y de que la gran mayoría de los lectores ahora son de República Dominicana, Remo ha decidido quedarse en Estados Unidos. “Me fascina mi país, me gustaría vivir allá, pero las razones que tendría para regresar son mis familiares y ellos me visitan aquí (Nueva York). Ya mis hijos empiezan la escuela, y el negocio lo puedo tener donde quiera, lo único que necesito es conexión a Internet”.
Ángel del Orbe trabaja desde su hogar, en Long Island, una casa con un patio como el que tanto extrañaba cuando se marchó de su natal República Dominicana a Corona, Queens.
Tal Día Como Hoy...Papa Juan Pablo II fue víctima de atentado
13 de mayo de 1981
El 13 de mayo de 1981, al iniciar una audiencia en la Plaza San Pedro del Vaticano, el Papa Juan Pablo II fue herido por un impacto de bala en el vientre y en la mano izquierda. Minutos después, la policía detuvo al autor material, un terrorista turco de 23 años, llamado Alí Mehmet Agca.
El responsable del suceso, disparó con una pistola Browning de nueve milímetros. Además del arma, se halló en su bolsillo una nota escrita en turco que decía: "Yo, Agca, he matado al Papa para que el mundo pueda saber que hay miles de víctimas del imperialismo". Agca, de confesión musulmana, declaró ante las autoridades ser "el instrumento inconsciente de un plan misterioso", cuya naturaleza no pudo ser resuelta por la investigación. En julio de ese mismo año fue condenado por un tribunal italiano a cadena perpetua y a la pena especial de "aislamiento".
El 13 de mayo de 1981, al iniciar una audiencia en la Plaza San Pedro del Vaticano, el Papa Juan Pablo II fue herido por un impacto de bala en el vientre y en la mano izquierda. Minutos después, la policía detuvo al autor material, un terrorista turco de 23 años, llamado Alí Mehmet Agca.
El responsable del suceso, disparó con una pistola Browning de nueve milímetros. Además del arma, se halló en su bolsillo una nota escrita en turco que decía: "Yo, Agca, he matado al Papa para que el mundo pueda saber que hay miles de víctimas del imperialismo". Agca, de confesión musulmana, declaró ante las autoridades ser "el instrumento inconsciente de un plan misterioso", cuya naturaleza no pudo ser resuelta por la investigación. En julio de ese mismo año fue condenado por un tribunal italiano a cadena perpetua y a la pena especial de "aislamiento".
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