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Secretos del papel sin árboles

Ledesma lidera en la Argentina la producción de papel a partir de fibra de caña de azúcar. Aquí explicamos cómo es el proceso, los produc...

Ledesma lidera en la Argentina la producción de papel a partir de fibra de caña de azúcar. Aquí explicamos cómo es el proceso, los productos derivados, los beneficios y el futuro, con la sustentabilidad como eje de desarrollo. 
La producción de papel a partir de la fibra de caña de azúcar promete ser uno de las actividades del futuro por su bajo impacto en el ambiente. En nuestro país, esta industria ya tiene cerca de medio siglo.
Más del 90% del papel que hoy se usa en el mundo se hace con fibra de madera. Quizás por ello  poco se habla de la producción de papel a partir de una fuente alternativa como la fibra de caña de azúcar, un recurso natural y anualmente renovable.
Sin embargo, hace más de dos mil años, el papel empezó a producirse en China con las fibras del bambú, el algodón y el lino. Después se trasladó al cercano Oriente y a España, donde comenzó a fabricarse hacia el siglo XI. Más adelante, en el siglo XIX, el avance de la industrialización permitió su producción a partir de fibras de madera, y así el costo del papel se redujo y su consumo se hizo masivo. El mundo ya no volvería a ser el mismo: llegaron los libros, y con ellos la alfabetización, la literatura y el conocimiento, que encontraron en el papel el medio para su transmisión.
“En el mundo, gran parte de la fabricación del papel depende de la tala de árboles o de bosques plantados. En Argentina, cerca de la mitad de la producción nacional de papel se realiza sobre la base de  fibras que no provienen de árboles, sino del cultivo de caña de azúcar, y de ahí el concepto de “fibras alternativas”, subrayó el presidente de la Fundación ProYungas, Dr. Alejandro Brown.
En el mundo esta forma de producir papel tree-less papers (papeles sin árboles) está ganando terreno de la mano de una mentalidad más amiga del medio ambiente. Y en esto nuestro país fue pionero.
Un árbol tarda 7 o más años en madurar en tanto que la caña de azúcar tarda uno.
La fabricación de papel a partir de fibra de caña tiene como materia prima un subproducto de la industria azucarera (la fibra de la caña); por un lado, no se agota un nuevo recurso y, por el otro, disminuye los residuos al reciclarlos en una aplicación útil y de agregado de valor.
La caña de azúcar es un cultivo que crece en zonas tropicales y subtropicales. Pertenece al grupo de las gramíneas (tiene tallos cilíndricos y huecos, de los que crecen hojas en vez de ramas) y alcanza hasta 6 metros de altura. Para su reproducción se utiliza la caña semilla, un trozo de caña de unos 20 centímetros que se coloca bajo tierra y del que brotan las nuevas plantas.
La mayor disponibilidad de fibra de caña de azúcar, materia prima para la producción del papel, está en Asia (40%) seguido por Sudamérica (22,9%) y Centroamérica (18%), según un informe de Nancy Fernández Rodríguez, del el Congreso Iberoamericano en Celulosa y Papel 2000. Los países líderes en la producción de pulpas no maderables son la India y China. En Latinoamérica Colombia y Argentina.
Hace casi medio siglo
Alrededor del 50% del papel que se produce en Argentina proviene de la fibra de caña de azúcar. Se elabora en el noroeste de nuestro país y sus productos compiten muy bien contra los obtenidos con el proceso más tradicional basado en la madera.
En el valle de San Francisco, provincia de Jujuy, se encuentra la fábrica de papel de Ledesma. Produce alrededor de 127.000 tn de papel de impresión y escritura al año a partir de 92.000 tn de pulpa de fibra de caña blanqueada.
Elabora productos de marcas líderes en el mercado: resmas para uso en oficinas (en fotocopiadoras, impresoras láser y/o de chorro de tinta), formularios continuos para confección de facturas, remitos,  hojas para uso editorial.
Cabe destacar, a su vez, que parte de la producción de la fábrica de papel en Jujuy se destina a la fabricación de artículos de papelería escolar en su planta de Villa Mercedes (San Luis): cuadernos, blocs y repuestos. Otra parte como papel base para fabricación de papeles estucados en su planta de San Luis capital: papeles para revistas, catálogos, etiquetas, es decir papeles de amplio uso en la industria gráfica.
“Ledesma es una empresa centenaria, y la fábrica de papel opera desde  el año 1965. Desde entonces, el crecimiento constante tiene bastante que ver con el cuidado de los suelos y con el respeto del ambiente que nos rodea”, explicó Juan van Gelderen, Jefe del Departamento de Calidad del Negocio Papel de Ledesma.
Destacó además que la empresa hace un aprovechamiento integral de la caña de azúcar en su complejo agroindustrial: elaboración de azúcar, alcohol etílico, bioetanol, papel de impresión y escritura y además se aprovecha el residuo vegetal de la caña como biomasa energética para los procesos industriales. Esto sin dejar de lado la voluntad y las inversiones para mejorar año a año el desempeño ambiental de las fábricas. En tal sentido destacó que existe en el complejo una gestión adecuada de los residuos sólidos, un tratamiento eficiente de los efluentes líquidos y de las emisiones gaseosas.
Los efluentes líquidos se tratan en un sistema integral de tratamiento (SITE). El sistema consta de varias etapas o módulos. El primero filtra el efluente para retirar del líquido los sólidos suspendidos. Luego el sistema combina procesos anaeróbicos con procesos de aireación para adecuar el efluente a condiciones de vuelco dentro de los parámetros exigidos en la legislación vigente.
Las emisiones de las chimeneas pasan por lavadores de gases (conocidos como “scrubbers”) y por electro-filtros, de forma tal de cumplir con los valores reglamentarios.
Aparte de controles internos de los efluentes, suelos y emisiones se hacen monitoreos periódicos con laboratorios externos homologados, para presentar los resultados en la Autoridad de Aplicación correspondiente.
“Para nosotros, es indispensable cuidar el agua y los suelos porque son la base para la producción de caña de azúcar, que es la materia prima principal para hacer la pulpa y el papel”, señaló van Gelderen.
Agregó que el sistema de gestión de calidad de la planta está certificado ISO 9001 desde el año 1996, con la certificadora Det Norske Veritas.  La Planta de Cuadernos y Repuestos de San Luis tiene además la certificación de gestión ambiental ISO 14000.
Photo creditos to Ruurmo

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