viernes, 4 de julio de 2025

EVEREST

 

EVEREST

De Paseo por la Historia. Con una mirada breve a los eventos y personajes que impactaron al país y al mundo.

Evaristo Regalado, 4 de julio de 2025

Iniciemos con el siguiente pensamiento:

“No hay cumbre más alta que la que construye el conocimiento.”

Un día como hoy, 4 de julio pero de 1790, nació en un rincón tranquilo de Gales llamado Gwernvale Manor, un niño llamado George Everest. Aunque fue criado para ser militar, lo que de verdad le apasionaban eran las matemáticas. Esa curiosidad por los números y la precisión lo llevó a cambiar el rumbo de su vida.

En 1806 Everest viajó a la India como parte del ejército británico, pero allí encontró su verdadera vocación. Se unió a un ambicioso proyecto para medir, con exactitud, todo el territorio indio. El trabajo había sido iniciado por el coronel William Lambton, y George Everest lo continuó con una dedicación que duraría décadas.

En 1830 fue nombrado Perito General de la India, lo que lo convirtió en el jefe de la gran medición topográfica del país. Durante trece años lideró el levantamiento de datos sobre colinas, llanuras y montañas, cruzando miles de kilómetros de terreno difícil y muchas veces peligroso. Gracias a su trabajo, se logró calcular con precisión la altura y la ubicación de muchos puntos del territorio indio.

Uno de esos puntos fue el hasta entonces llamado “Pico XV”, que terminaría siendo registrada como la montaña más alta del mundo. En 1865, ya retirado y de vuelta en Inglaterra, George Everest recibió un homenaje inesperado: su sucesor, el topógrafo Andrew Scott Waugh, propuso que ese pico llevara su nombre. Así nació el Monte Everest, de 8,848 metros de altura. Curiosamente, George Everest nunca vio esa montaña, ni de lejos ni en fotografías, pero su trabajo hizo posible que fuera medida con precisión.

Por sus aportes a la geografía, Everest fue nombrado caballero por la reina Victoria en 1861. Fue miembro destacado de la Royal Society y vicepresidente de la Royal Geographical Society. Murió en 1866, a los 76 años, con el respeto de toda la comunidad científica.

Hoy, su nombre está grabado en la montaña más alta del planeta. Y aunque jamás la escaló, ni siquiera la vio, su legado quedó más alto que cualquier cumbre.

Hasta la próxima, cuando la historia nos reencuentre. Si te gustó, comparte. 

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