ERNESTO SÁBATO. EL FÍSICO QUE QUERÍA SER LITERATO.
De Paseo por la Historia. Con una mirada breve a los eventos y personajes que impactaron al país y al mundo.
Evaristo Regalado, 24 de junio de 2025
“La ciencia puede tranquilizarnos, pero sólo el arte nos salva”.
— Ernesto Sábato
Un día como hoy, 24 de junio pero de 1911, nació en Rojas, Argentina, el físico y matemático Ernesto Sábato, un hombre que dejó la física y todo lo que tenía que ver con la ciencia, con las certezas e incluso con su comodidad para abrazar las letras y el arte, llegando a convertirse en uno de los escritores más respetados de la América hispanohablante. También fue pintor.
Sábato era Hijo de inmigrantes italianos. Creció en un hogar severo. Muy joven se apasionó por las matemáticas y la física, y se graduó en la Universidad Nacional de La Plata, donde incluso impartió clases de mecánica cuántica. Gracias a su compatriota el premio Nobel Bernardo Houssay, fue becado para trabajar en el Instituto Curie en París, y luego en el MIT en Estados Unidos. Pero en medio de esa carrera brillante, lo invadió el desencanto: decía que la ciencia “sin conciencia” podía deshumanizar. A los 30 años lo dejó todo y se encerró a pintar y a escribir.
En 1948, Sábato publicó El túnel, sin duda su obra más famosa, una novela breve, aunque el propio Sábato decía que no era más que un cuento largo; intensa y perturbadora sobre la obsesión, la incomunicación y el crimen. Fue el inicio de una trilogía literaria que indaga en las zonas más oscuras del ser humano. Luego vendrían Sobre héroes y tumbas (1961) y Abaddón el exterminador (1974). Otras de sus obras son: La resistencia, Los universos vislumbrados, Uno y el Universo, Antes del fin, Cuentos que me apasionaron, El escritor y sus fantasmas, España en los diarios de mi vejez, Heterodoxia, Hombres y engranajes, e Informe sobre ciegos.
Pero Sábato no se quedó solo en las letras, también fue funcionario público en la cancillería argentina. En 1983, con la vuelta a la democracia, fue nombrado presidente de la CONADEP, la comisión que documentó los crímenes cometidos por una larga dictadura militar de cuatro presidentes de facto en fila: Jorge Rafael Videla (1976–1981); Roberto Viola (1981); Leopoldo Galtieri (1981–1982) y Reynaldo Bignone (1982–1983), quien organizó la transición a la democracia. De ese trabajo surgió el informe Nunca Más, una pieza fundamental de la historia argentina y de la defensa de los derechos humanos.
Fue un crítico del poder, incómodo para todos los gobiernos, aunque sus posturas políticas no siempre fueron coherentes: admiró a Evita, pero criticó a Perón; apoyó al gobierno militar en sus inicios, pero luego lo denunció; fue comunista al principio, pero terminó alejándose finalmente de sus postulados. Pero eso sí, siempre tuvo un compromiso con la verdad, sin su verdad. La memoria histórica terminó imponiéndose y reivindicándolo.
Sábato falleció el 30 de abril de 2011, a los 99 años de edad. Dejó un legado que va mucho más allá de sus libros: una actitud ética frente al mundo. Escuchar la voz parsimoniosa de Ernesto Sábato transmite paz. Esa fue la impresión que tuve esta mañana escuchando una de sus últimas entrevistas. Y me “engranojé” cuando lo escuché hablar tan bien de nuestro fran Pedro Henríquez Ureña, quien fuera su profesor de lenguas en la universidad.
Hasta la próxima, cuando la historia y los personajes nos convoquen. Si te gustó, comparte.
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