Que machete! (puede significar varias cosas en buen dominicano)
Los dominicanos le sacamos el máximo al significado de las cosas, incluso más allá de la real definición que pueda algo tener. Es común qu...
http://regaladoevaristo.blogspot.com/2010/05/que-machete-puede-significar-varias.html
Los dominicanos le sacamos el máximo al significado de las cosas, incluso más allá de la real definición que pueda algo tener. Es común que llamemos por un nombre algún objeto y con ese mismo nombre también llamemos alguna otra situación totalmente distinta. Es el caso del machete, en nuestra cultura esta palabra tiene tres acepciones diferentes: El conocido cuchillo tipo sable, el pasaporte falso y el mal olor proveniente de las axilas. Quizás el parecido que estos tres conceptos tengan es que los tres cortan o resuelven o tienen algún tipo de filo. Volviendo al origen, machete es el cuchillo de uso rural y urbano que generalmente se usa para «chapear» o desyerbar. Este sable domestico es la herramienta principal de trabajo para el campesino, lo que convierte al filoso objeto en casi una extensión de sí mismo. El machete es todo un símbolo de poder para muchos que lo usan, es también un arma que infunde cierta clase de respeto.
El sable dominicano
El machete en los barrios y ciudades cambia de fin, se convierte en arma blanca, no quiere decir esto que en los campos no sea vista como tal, pero al llegar la urbe su uso es completamente defensivo. El machete es un arma bastante filosa y peligrosa, es un símbolo de trabajo digno, pero también en muchos casos representa horrores. La segunda definición de este concepto, la usamos para definir al pasaporte que ha sido alterado o elaborado ilegalmente, léase falso. El machete fue para muchos el medio que les garantizó el poder viajar a estados unidos y salir de esta olla o crujia, en los 90s viajar con un machete se puso tan de moda como los viajes en yola y demás escapadas por encima de la ley. La visa falsificada es el alma de cualquier pasaporte machete, en el país existieron cientos de personas que clandestinamente se dedicaban a esta labor, incluso tenían equipos y materiales para concretar el engaño. Con ese machete resolvías el irte de viaje, con ese machete cortabas con tu vida aquí y te ibas a buscar otra, aunque ya en estos tiempos modernos parezca casi imposible que existan, el machete por mucho tiempo burló a las autoridades migratorias de muchos países, quizás con más cariño a los americanos.
Un arma debajo el brazo
Cuando sudamos, cuando no tenemos un desodorante que nos prueba, cuando simplemente nuestras axilas liberan sus interioridades sudorosas y malolientes, entonces decimos que tenemos un machete. Aunque parezca algo totalmente distinto a un cuchillo y a un pasaporte falso, la realidad es que guarda bastante similitud con ambos conceptos: el machete debajo de los brazos corta como cualquier sable, te parte en dos y para colmo es un pasaporte a la desesperación por parte de quien tenga la mala experiencia de soportarlo. Yo podría afirmar que no hay arma más poderosa y feroz que un machete axilar, los dominicanos sí que dimos en el clavo con esta definición. Es el enemigo silente, comienza tímido, desde que el abrazador calor comienza a cuajar el tormentoso caldo debajo de los brazos. Rápidamente, lo que parecía ser un buen desodorante, se rinde ante los fuertes químicos corporales que lo neutralizan y aprovechan su composición para salir más fortalecido y mas filoso, es el momento en que ya está listo para cortar cabezas.
Una bomba de tiempo
En una Omsa, en un carro público, y en discotecas, podemos sentir su filo, lamentablemente para los que poseen esa arma, en muchas ocasiones les resulta imperceptible el enfático hedor que les repulsa. En los tiempos del desodorante Deporte, posiblemente muchos podían mantener sus armas enfundadas y guardadas, aunque los calores y la vida rápida que hoy llevamos nos exigen otro tipo de protección. Muchos ya utilizan más de un desodorante, «Body spray» o loción para evitarse el indeseable «grajo» que pone a cualquiera a llorar, peor que con una cebolla. La cruda verdad es que el machete es una realidad que en algún momento nos ha tocado afrontar y en algún momento nos ha tocado padecer. ¡Sí! el tener un mal olor axilar es horrendamente repudiarte, el conocimiento de poseerlo es peor. Lamentablemente la víctima es la última en saber que lo tiene, y cuando ya lo sabe trata de hacer lo irremediable para revertir el proceso, muchas veces comete el error de volverse a colocar desodorante: grave error. El resultado sería la unión de la bomba de Hiroshima junto al vertedero de Duquesa o peor.
¡Póngase desodorante!
A todos los hombres en algún momento nos ha dado machete, al menos que seas uno de esos que no nacieron con las glándulas excretoras debajo del brazo. Mi abuelo cortaba su pronunciado machete colocándose cuaba con zábila debajo del brazo, según él, después de eso, su conuco olía a flores. No recuerdo que mi abuela me lo haya confirmado. Pero bien, la realidad es que el machete es un mal social producto de la mala higiene, de la dejadez y de la poca información sobre los productos que se adaptan mejor a nuestro cuerpo. Ya la época del desodorante deporte no regresará, si usted es de los que producen todo un colín samurái debajo de sus brazos trate de echarse más de un producto, es decir, una balanceada combinación de talco, spray y cualquier otra cosa que sirva para el mantenimiento del buen olor. Tener un mal olor axilar, como cualquier machete es peligroso, filoso y fuerte, aunque en momentos pueda ser una eficiente arma contra atracadores. Lo normal es que logremos levantar nuestros brazos sin miedo, poder abrazar a la jevita sin problemas, y sacar a bailar a una joven sin el más mínimo de las dudas. Finalmente, ya hemos visto las tres grandes definiciones de machete a la dominicana, particularmente al único que le tengo miedo es al que me pueda dar a mi o al que pueda yo oler, así que mi consejo es: desyerba en el campo, pasaporte para volar, pero un machete bajo el brazo, eso si no lo puedo soportar.
Fuente: Duarte 101